Patrimonio
Historia
El patrimonio arqueológico de O Courel es desde hace años uno de los principales atractivos turísticos de la sierra. Aunque no siempre se encuentren en condiciones favorables para las visitas, los castros de Sobredo y Vilar o las minas romanas de A Toca, Torubio y Millares y el túnel romano de A Louseira en Romeor, están señalizadas desde hace tiempo y figuran cada vez más en las guías de la zona. Pero este patrimonio era prácticamente desconocido hasta hace relativamente poco tiempo.
Iglesias Parroquiales: Esperante, Folgoso, Hórreos, Meiraos (s. XVII-XVIII), Noceda, Seceda (s. XVII), Seoane, Vilamor y Visuña
Puentes: Lousadela, Ponte Acueducto Arco da Veiga, Seara, Esperante, Barxa de Lor
Castros: Castro da Torre, Castro de Vilar, Castro de Brío, Castro de Seceda, Castro de Vilamor, Castro de Megoxe, Pena dos Catro Cabaleiros
Capillas: Cortes, Eiriz, O Carballal, Touzón/A Pendella, Valdomir/A Campa, Vidallón, Froxán, Castro Portela, Vilar, Santa Eufemia, Ferreirós de Arriba, Sobredo, Mercurín, Moreda, Parada, Piñeira, Vilela, Teixeira, Miraz, Vilasibil, Paderne, Pedrafita do Courel, Romeor, Castro Romeor/Chao de Pena, Ferramulín
La investigación sobre el terreno se llevó a cabo en dos campañas, realizadas en 1977 y 1979. El trabajo fue realizado por un equipo de especialistas de gran categoría, coordinados por José María Luzón Nogué y Francisco Javier Sánchez-Palencia y entre los que figuraban Fernando Acuña Castroviejo, Carlos Alonso del Real, Felipe Arias Vila, José Manuel Caamaño Gesto, Antón Rodríguez Casal y José Manuel Vázquez Varela, entre otros.En el curso de esta exploración, los investigadores catalogaron veinticuatro castros, diecisiete de ellos situados a media ladera y el resto en las zonas bajas. También fueron estudiadas siete explotaciones mineras de la época romana, el castillo medieval de Carbedo y otros puntos de interés arqueológico menos conocidos, como unas antiguas tumbas localizadas en Esperante y ciertos restos de cerámica de la Edad de Bronce halladas en algunas cuevas de la zona. Los trabajos fueron bastante arduos, ya que el aislamiento de
O Courel en esa época era aún mucho mayor que el de ahora y la única carretera asfaltada que había en la zona era la de Quiroga a Seoane. La maleza, que aún hoy sigue cubriendo muchas de estas construcciones, fue un serio obstáculo para su estudio. Si bien los investigadores se preocuparon por examinar de cerca los yacimientos, en alguna ocasión tuvieron que hacer sus interpretaciones basándose únicamente en fotografías aéreas. Curiosamente, los especialistas dicen que un importante incendio que se produjo en O Courel en esa época les facilitó la labor, ya que quemó la vegetación que cubría casi por completo algunos de los castros. Los resultados de aquella campaña pionera se publicaron en 1980 en un libro editado por el Ministerio de Cultura, dentro de una colección sobre excavaciones arqueológicas. «La prospección cuyos resultados hemos dado a conocer nos ha servido para incorporar a la arqueología de Galicia una zona de la que hasta la fecha no sabíamos prácticamente nada», escribieron los autores en el capítulo de las conclusiones. La obra, muy difícil de encontrar hoy, sigue presentando un elevado interés, ya que desde su aparición no se han hecho en la zona nuevas exploraciones arqueológicas de esa envergadura.
Artículo de Francisco Albo, publicado en La Voz de Galicia el 26/08/2006