Aldea situada a 610 m. de altura, hoy deshabitada, con una ermita dedicada a San Miguel.
Esta aldea tuvo su importancia ya que aquí mazaban el hierro, lo machacaban y estiraban para hacer forjas y herramientas. El martillo pilón o "mazo" trabajaba con al energía del agua. En O Mazo Santigoso hubo una forja y "caleiros" donde cocían la cal. El hierro procedía de A Veneira de Roques y se distribuía también a la Ferrería de Loureiro. En medio del souto todavía se conserva un curioso retrete, hecho en madera de castaño que se asemeja a un cabaceiro.